Estoy en un estado de armonía y paz. Es extraño, porque suena romántico y estoy muy lejos de estar enamorada. O quizá sí estoy enamorada, enamorada de esta bella felicidad que siento. Muchas veces he hecho metáforas con mi cabello, éste reflejando la mierda que me pasa. La última representación que le hice era de algo que echaba raíces y me impedía avanzar. Ahora está largo, casi al nivel de mis senos pero, para nada, es un ejemplo de encierro. Flota, baila, se mueve y a veces hasta siento que brilla.
Hace tres meses me hice un fleco y aún me sigo sorprendiendo cuando me veo al espejo. Quiero pensar que me sorprendo porque aún no me creo mi estado. Tanto tiempo me sentí fatal que creí de verdad me quedaría ahí. Ahora sonrío y río, y a pesar de no amar mi voz, se siente tan bien sacar ese aire sin que se escabullan las ganas de llorar.

Decir que me siento contenta todo el tiempo sería una mentira, por supuesto. Aún siento soledad y un sentido de no pertenencia en muchos sitios, sin embargo, esto es un logro y me siento orgullosa. No un triunfo "logré un año más de vida", sino uno dónde he aprendido más sobre mi, sobre las personas, un poco de la vida y lo que pensamos.

Por favor, queridos lectores, no interpreten esto como un hallazgo espiritual. Esta persona no tiene interés en el tema, salvo para aprender a cómo otras personas perciben sus alrededores. Yo me voy al lado filosófico y del entendimiento; inteligencia emocional. Y crear arte

Siento una energía que no para. Mis ideas e historias ya no quieren estar más en mi cabeza: Piden salir y es lo que me propongo a hacer. Siento confianza y fuerza, por lo que declaro la hora de darles vida.


Un brindis a una nueva etapa que estoy ansiosa de descubrir.

Y otro brindis porque mejorar es posible y estar feliz con uno mismo es... Bueno, eso merece su propia fiesta.




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P.D: Si alguno de mis amigos lee esto: Te quiero. Gracias.