Dirigida por Marc Forster, éste vuelve a sus raíces de la fantástica y conmovedora película que es Finding Neverland, y junto con la experiencia de una carrera de altos y bajos, logra crear Christopher Robin: Una hermosa, nostálgica y graciosa película de impresionantes efectos especiales.




El filme sigue lo que podría decirse la típica historia de un padre que es desatento con su familia, ya que está demasiado consumido por su trabajo. Sin embargo, aquí sí se le da fundamentos: desde niño, Christopher Robin se convirtió "en el hombre de la casa", por lo que tuvo que madurar; abandonar su infancia. También peleó en la guerra, vivió sus crueldades. Regresó a casa, tomó un trabajo y ahora la estabilidad laboral de sus compañeros depende de él.

Para regresar en sí y a su familia, llega la representación de su infancia, sus peluches. Solo que en este caso se tratan de Winnie the Pooh y sus entrañables amigos.

Si fuiste un fan de este mundo, junto con la siempre extraordinaria actuación de Ewan McGregor, Christopher Robin te llenará de nostalgia y de ojos lagrimosos, no solo por revivir los clásicos días en El Bosque de los Cien Acres, sino también por la inocencia, ternura y extraña, pero acertada, sabiduría de nuestros queridos animalitos.