La traje a la realidad; no podía dejarla con sus sueños. Deberá de aprender a tomar más en serio la vida diaria.

Hablaba sobre estar estable. Afirmaba estarlo con tanta fuerza, que hasta parecía que lo traía tatuado; En su frente, en sus ojos. Tomé su cara entre mis manos y con mis pulgares le quité las pocas lágrimas que bajaban de sus ya destrozados ventanales. 

Hay gente suicida, gente nerviosa, gente que tiene una tendencia a mentir constantemente; Ella solo estaba rota. Yo soy la culpable de su destrozo.

Te encerré en la cruel realidad. Te metí a la terrible monotonía. Te dí terribles amistades donde todas tienen el mismo fin. Lamento haberte insertado tantos miedos y tantas esperanzas que contienen tan poco futuro.

Te he asesinado.