Una película que nos reafirma que el movimiento del cuerpo, las miradas, las expresiones demuestran más cómo nos sentimos que las palabras.

Dura el tiempo perfecto, aunque me quedé con ganas de saber más; te deja con más dudas de las que te resuelve. Pero por la forma en la que está hecha Moonlight, lo acepto porque así debe de ser. Así es la vida.

Puedo sentir la firmeza del director (Barry Jenkins) en usar música clásica como el soundtrack; es un gran adición a los sentimientos que te va provocando la historia. 

No sé qué lente utilizó James Laxton pero todo se ve hermoso y los colores tan vivos.

Moonlight es buena y merece todo el crédito que está recibiendo, sin embargo me ha dejado con un algo que me impide llevarla al pedestal que muchos críticos la han puesto. No sé si es porque no me pude identificar con el personaje porque me faltó profundizarlo o porque su historia y la mía no tienen cosas en común.

Pese a esto, la recomiendo ampliamente.