Relatos Cortos: Singular Café

Leo Berne

A sus amantes les gustaba cerrar sus cortinas cuando la noche amenazaba por aparecer. Sin embargo, cuando ellos yacían dormidos, ella se ponía de pie con cautela y las abría. Le gustaba mucho ver el cielo a esas horas acompañado de pequeñas perlas.

No suele dejar que estos pasen la noche, salvo que el sexo haya sido tan bueno: Es una extraña manera de premiación. Hoy se encuentra con uno muy especial, de esos que solo escuchas en canciones o conoces en películas. Piensa que hasta podría prepararle una taza de café en la mañana... Tal vez así crezca la consideración en regresar a su cama por segunda vez.

Evita hacer lazos con todos los que comparte sus fluidos, pero no puede dejar de pensar que hay algo en esta persona. No es solo sus claras habilidades en el arte del sexo, pero el calor que propaga. No recuerda haber sentido su cama tan caliente y acogedora.
Quiere tocarlo. No para que cojan por tercera vez, sino para sentir cada extensión de su piel, para pasar sus dedos entre sus lunares, para sentir como cada vello facial va creciendo.

Si creyera en las vidas pasadas juraría haberlo conocido en otro tiempo. Tiene fundamentos en hacerse esa reflexión, vamos, quién no pensaría en eso cuando su compañía se siente reconfortante, su calor tan amigable y las sábanas resaltando de manera exitosa sus cabellos.



Solo son tontos deseos, asunciones. Le han dicho que deje de mezclar las películas con la realidad; tomará el café que le ofrecerá en la mañana y se irá, como cualquier otro que pasa a su recámara un jueves a las dos de la mañana.







-Padme

Unknown

Cinéfila hasta la médula.

1 comentario:

  1. Buena Narración me hace pasar del sabor Ácido - Salado - Amargo - Dulce y alfinal te quedas con el sentimiento que ese era el último dulce de bolsa. Felicidades, buen trabajo.

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